lunes, 14 de abril de 2014

Nicolás Guillén - 1958 - La paloma de vuelo popular

Nicolás Guillén - 1958 - La paloma de vuelo popular

Guillén y el exilio: La paloma de vuelo popular

Eiko Carrasco , 04 de julio de 2009


Bajo la mirada de un público atento y la de transeúntes que curioseaban por momentos, para luego continuar su marcha, se realizó en la tarde del 3 de julio el Club del Libro Leído, habitualmente conducido por Martha Terry y que se enmarca en el cúmulo de actividades que animaron la Noche de los libros. En esta ocasión con la lectura de poemas y notas del libro La paloma de vuelo popular, de Nicolás Guillén, publicado en Buenos Aires, donde fuera sorprendido el autor por el triunfo de la Revolución Cubana.

Grata fue la presentación en voz de su propio nieto, Nicolás Hernández Guillén, quien nos invitó a volver siempre a esa exploración de su obra, además de introducir a la doctora Denia García Ronda, profesora de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de la Habana, autora además de varios libros de literatura infantil. La doctora leyó fragmentos de La paloma de vuelo popular, considerada la obra del exilio de Guillén, aunque Ángel Augier plantea que, desde principios de 1953, el autor trabajaba en él, a partir de un viaje a Chile para participar en el Congreso Continental de la Cultura y, cuando debido a la represión desatada en Cuba, sobre todo después del asalto al Cuartel Moncada, ya no puede regresar a la patria, es así que la vida de Guillén se convierte en un viaje constante (Santiago de Chile, Beijing, Praga, París, Roma, Viena, Sao Paulo, entre otros).

Supimos además cómo gracias a Rafael Alberti, se hace posible el traslado de Guillén a Argentina, después de que Francia le denegara  el visado, y cómo el 28 de diciembre de 1958 se publica La paloma de vuelo popular, y logra, de esta manera, el nuevo sentido de poesía de exilio, el que escribe es el hombre que añora, extraña y sabe que pronto va a volver a su patria.

Entre versos leídos y sentimientos nostálgicos por el regreso, mezcla de cubanía y son, resonantes de verdades del emigrante, en obras como “Exilio” o “Pero señor”, comenzó a llenarse el espacio de público atraído por la sonoridad poética.

En los poemas de La paloma… se confirma la esencia del sentir guilleniano, su constante optimismo, “el largo lagarto verde se despierta y saca las uñas del mapa, el poeta ve rodar el banderín de los norteamericanos y poner en el mástil la canción de los explotados el viento huele a lluvia en la noche cerrada,” poesía, deber del poeta, recoger los males del pueblo, resumido todo en el primer poema de este título.

A las preguntas del público acerca del primer libro del Poeta Nacional, Motivos de son, la doctora explicó que ante todo, es la exposición de uno de los factores de la nacionalidad cubana, el sector más deprimido; de la lucha contra la discriminación racial, con la propia valoración del negro, utilizando frases como “por qué te pones tan bravo, negro bembón, si tienes la boca santa, negro bembón”.

Nicolás Guillén, el poeta negrista, en su conciencia de que el negro es uno de los dos troncos principales que conforma nuestra cultura,  el esclavo que en la procesión anual del Día de Reyes, desde los cabildos hasta el palacio del gobernador, simulaba alabar a los santos católicos, cantaba y danzaba a sus orishas, mantuvo viva su cultura, y sincretizó la católica, como génesis de uno de los procesos más importantes de la identidad cubana, la transculturación, mostró que él siempre estuvo ahí. Esta tarde lo esclareció la doctora: ¨La lucha de él no está en que se integren, sino en que haya conciencia de que esa integración existe¨.

Ello se reconoce  además en sus propias palabras en el prólogo de Sóngoro cosongo (1931),  segundo libro publicado de Guillén: “…Opino por tanto, que una poesía criolla entre nosotros no lo será de un modo cabal con el olvido del negro. El negro –a mi juicio- aporta esencias muy firmes a nuestro coctel. Y las dos razas que en la Isla salen a flor de agua, distantes en lo que se ve, se tienen en un garfio submarino, como esos puentes hondos que unen en secreto dos continentes. Por lo pronto el espíritu de Cuba es mestizo. Y del espíritu hacia la piel nos vendrá el color definitivo”.

Nicolás Hernández Guillén recomendó la lectura de la prosa periodística de Guillén para un mejor entendimiento de su obra, desde el Diario de la Marina, en el suplemento Ideales de una raza, entre varios artículos como “Sones y Sonetos”, el “Camino de Darling” y “El blanco, he ahí el problema”, en los que escribe sobre el  combate al aislamiento de las razas.

Y así, entre el viento caliente y transeúntes curiosos, que detuvieron su andar, disfrutamos de los poemas de Nicolás Guillén porque un son, aunque sea hablado, siempre atrae a un buen cubano.

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