Manuel Argudín - 2000 - Aroma de invierno
Manuel Argudín: mucho más que aromas de invierno
(2008/04/11)
Por: Raúl Fuillerat Alfonso fuillerat@yahoo.es
A este trovador tan poco divulgado lo conocí por casualidad un buen día que me arriesgué a asistir a un concierto que brindaba en el Teatro Karl Marx y que he guardado para siempre en mi memoria como un buen suceso de amor y de esperanzas. Después me llegó su disco Aromas de Invierno y fue cuando me convencí que estaba en presencia de un verdadero continuador de la Nueva Trova, con una forma muy personal de hacer y de decir la canción, fenómeno que hacía un buen tiempo no podía observar, porque siempre y de forma muy personal he caracterizado el movimiento de la Nueva Trova con sus fundadores (Silvio, Pablo, Noel y Sarah), le siguen Lázaro, Amaury, Vicente, Pedro Luis Ferrer y Augusto Blanca también con un estilo bien definido, y después la generación de Donato, Santiago, Gerardo, Kiki, Quintero, Carlos Varela, Ireno y Jorge García y pienso que por ahí se para la cuenta. Entonces me encuentro con Manuel Argudín en un momento donde muchos intentos de trovadores (criterio muy personal) no llegaban a la media tan siquiera a pesar de sus grandes promociones y por ello, se me descubre casi como un renacer de este fabuloso movimiento de trovadores contemporáneos.
El disco de la productora Unicornio de los estudios Abdala, es mucho más que sus Aromas de invierno, tema que da título a su opera prima. El trovador es descubierto precisamente en los estudios Ojalá, tras una convocatoria hecha por Silvio Rodríguez, de donde naciera el disco Novísima, que ya alcanza cuatro volúmenes, en una producción realizada por la EGREM, la cual titularon Antología de la Nueva Trova. Eduardo Ramos, productor del disco, en sus notas refiere que de todas las voces que escuchó en aquella convocatoria lanzada por Silvio, hubo una que le impresionó particularmente, la voz de Manuel Argudín.
Abordar una producción discográfica no es tarea fácil, sobre todo cuando se trata de la primera y aquello de que las obras discográficas quedan para toda la vida, pero Argudín y su equipo fueron cuidadosos en todos aquellos elementos que pueden hacer una obra perdurable en el tiempo.
La selección del repertorio no solo se limitó a exponer su obra autoral, sino que acudió a clásicos como Niebla de Riachuelo, Y siempre dimos más de Eduardo Ramos, o Es más, te perdono de Noel Nicola, dos hermosas canciones de amor, la primera con una orquestación de Miguel Núñez, donde el piano y los teclados ejecutados por el propio Miguel, la guitarra acero de Rey Guerra, el contrabajo de Jorge Reyes, y sobre todo, el saxo alto y soprano de César López le imprimen un sonido armónico muy especial. En la antológica canción de Nicola, a propósito bastante versionada, Argudín logra un tratamiento diferente sin que la obra pierda su esencia, y nos lleva a un ambiente bastante intimista, como el que refleja el propio texto de Noel.
Hermoso tema este de Aroma de invierno, de la autoría del propio Argudín, con una orquestación de Fernando Rodríguez (Archie), donde predomina el trabajo de los teclados del propio Fernando, y el saxo alto de Román Filiú. Hay también dos obras de Argudín en los que reafirma su condición de trovador, a partir del uso de la guitarra, a la manera del más genuino sonido trovadoresco, en Bárbara o en Para cuando estés por llegar (Nana), canciones que sobre todo, en la lírica de sus textos y en la magnificencia de sus armonías, el trovador desborda sus más íntimos sentimientos hacia la vida, la esperanza y el amor.
El sonido que los orquestadores lograron en cada tema, provocan un equilibrio muy favorable que mantiene siempre a Argudín dentro del entorno de la trova que es precisamente el mismo que se logró en aquel concierto del Karl Marx. Ya le habíamos hablado de la presencia de la guitarra en buena parte de este disco, pero sobre todo sobresale el balance de las orquestaciones y el trabajo desarrollado por los músicos que participaron.
Niebla de Riachuelo es un tango devenido en bolero, y que fuera muy popular en la voz del gran Pacho Alonso y ahora nos lo regala el trovador en la versión original muy poco difundida de Enrique Cadícamo y Juan Carlos Cobián, logrando una versión sui generis, en la que sobresale el trabajo de Frank Rubio en el bajo eléctrico y el saxo alto de Román Filiú, con las voces de Haydeé Milanés y de Eduardo Ramos Montes en los coros y por supuesto la impecable interpretación de Argudín.
Amaury Pérez Vidal asiste como invitado con el tema Muchacha no te enamores, excelente poesía complementada con una melodía tan cercana a los más jóvenes, como la misma esencia de su texto. Voces viscerales y claras las de este dúo ocasional y tan acertadas como el propio mensaje que pretenden dar con esta canción, a propósito, muy necesaria en estos tiempos de tecnologías, desamores y premuras.
Argudín trabaja también con ingenuidad, y con un decir muy suyo la crónica musical; este es el caso de En los tiempos modernos. Otro de los temas que nos impresionó fue El centro de mis días, en el que nos relata esas cosas que el amor desenfrenado y con demasiada pasión nos puede provocar. Cualquiera de nosotros puede haber vivido o estar expuesto a vivir esas vivencias que Argudín nos regala, no solo para contarnos su capítulo vivido, sino para hacernos entender porque tantas veces esas pasiones desmedidas nos pueden llevar a no encontrar un solo rincón donde hallar la razón.
La propuesta que inicia este disco Soy, nos sorprende con una orquestación de Joaquín Betancourt, a la manera de las nostálgicas Jazz Band. Hay un gran esplendor en ella, y sobre todo en la interpretación con que la asume. Linda poesía esta de Soy, donde el cantautor, con un lenguaje marcado por la emotividad y la sinceridad, nos muestra el mundo interior del amante fracasado. Contrariamente termina con una sensible canción intimista, donde comparte el protagonismo de su interpretación con el piano de Miguel Núñez, orquestador de este impresionante texto, que nos remite a los años de las sombrillas y los paraguas de Legrand, pero sin perder la esencia del trovador que cree en la vida, en el amor como premisa de esa existencia que defiende, y sobre todo anhelante, pero con toda la fuerza de su poesía para lograr el regreso del amor grande, infinito e insustituible.
Después de verlo en el escenario del Karl Marx y escuchar con detenimiento su disco se puede afirmar que Argudín proyecta una madurez y una seguridad, no solo por la calidad de los textos y la excelencia de sus melodías, sino porque ha cuidado cada detalle en el concierto y en el disco, desde el repertorio, las orquestaciones, los músicos e intérpretes invitados, el balance en la distribución de los temas, y su impecable afinación; y más que todo esto, que es Argudín y no intenta imitar modelos ya establecidos dentro del movimiento de la Nueva Trova, algo bastante común entre los últimos trovadores que han surgido. Si además de todo ello, tenemos en cuenta que este disco y ese concierto fueron su opera prima, entonces es mucho mayor el respeto que nos incentiva este joven trovador.
Argudín ha llegado no solo para regalarnos sus aromas de invierno, sino también para invadirnos y llenarnos la vida con esas melodías y textos que emanan de sus canciones en las que proyecta sus más anhelantes quimeras que pueden embriagar del urgente optimismo que reclaman cualquier alma enferma de desamor y desesperanzas, como también insuflar de fuerzas a aquellas que tienen sueños y esperanzas en un mundo mejor.
Temas01. Soy
02. Aroma de invierno
03. Y siempre dinos más
04. Bárbara
05. Niebla de riachuelo
06. En los tiempos modernos
07. El centro de mis días
08. Entonces que será
09. Para cuando estés por llegar (Nana)
10. Es más, te perdono
11. Muchacha, no te enamores
12. Vuelve ya
Rey Guerra: guitarras y teclado en varios temas
Amaury Pérez: voz en 11
Haydeé Milanés: coros en 5, 7 y 9
Eduardo Ramos: coros en 7 y 9
Productor musical: Rey Guerra
Productor ejecutivo: Eduardo Ramos
DESCARGAR • Mediafire | Adrive
No hay comentarios:
Publicar un comentario