Samuel Aguila - 2015 - Preguntas del poeta
CARRETERA SONORA
Cantar aunque duela
Samuel Águila es una de las voces más distinguibles de la joven vanguardia trovadoresca cubana
Autor: Michel Hernández | michel@granma.cu
5 de febrero de 2016 22:02:54
Hace algunas semanas releía el libro La primera piedra, de Ariel Díaz, y en sus páginas el trovador defendía un concepto en apariencia sencillo, pero muy revelador. El músico cuestionaba que, siendo una de las ramas más establecidas de la cultura cubana, la mayoría de los juglares fueron desplazados de sus centros álgidos, al punto de que hoy se les ubica dentro del abanico de música alternativa, un concepto que responde a patrones muy bien fundamentados pero que se presta, peligrosamente, a la confusión.
En dicho texto Ariel repasaba la tradición de la trova en la Isla y finalizaba con una declaración de principios: “somos alternativos porque nos han dejado sin alternativas”. En verdad no le falta razón, porque, como hemos apuntado en varias oportunidades, hoy son pocos los que han logrado grabar con las disqueras nacionales o acceder a los medios de difusión, un contexto en contra que incluso los ha llevado a probar suerte fuera de las fronteras insulares.
No obstante, la mayoría comenzó a cimentar sus propios caminos para grabar sus materiales discográficos que de a poco han dejando una huella que los identifica como generación. Entre el amplio diapasón de contadores de historias se hace difícil encontrar uno como Samuel Águila, un trovador que ya cruzó la frontera de los 40 años pero conserva la misma fuerza vital de sus inicios allá por los entrañables y duros ‘90.
Samuel es una de las voces más distinguibles de la joven vanguardia trovadoresca junto a grandes como Leonardo García o Roly Berrío, por solo citar algunos nombres. Sus canciones toman distancia del mimetismo y de la condición hermética que, en un periodo, sobrevoló como una sombra negra las canciones de los jóvenes juglares y se distinguen por el personalísimo modo de relatar la vida, por las arrebatadas emociones que cargan, y por un intenso discurso interior que recupera la historia y la pone a dialogar sin cortapisas con el presente.
Con su constante labor de composición, (es uno de los juglares más prolífericos de su generación) su dominio de la guitarra y su inconfundible voz, Samuel ha cristalizado un mundo poético muy atendible en el panorama cubano. El músico habanero, de 42 años, asumió los presupuestos sonoros del género con un bagaje cultural que bebe de esa primera revolución de la trova cubana de los años 60 y que manifiesta muchos puntos en común con la poesía descarnada del rock argentino, todo ello en una búsqueda constante de la libertad y el compromiso artístico en el más amplio sentido del término.
Samuel ha fundado, además, espacios para que otros compañeros de oficio puedan mostrar su obra. Es el caso de Puntal Alto, que creó junto a su colega Ihosvany Bernal y a la infatigable productora Claudia Expósito en el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau. Samuel ha llegado a las disqueras nacionales pero hasta el momento no le han abierto las puertas. Con semejante paisaje de fondo, se vio obligado a levantar en su casa su propio estudio de grabación donde ha publicado discos como Ahorcados de crédito y Acid-dando. Uno de sus mayores empeños desde el 2009 es la grabación de una trilogía, conformada por los fonogramas Respuestas del poeta (2009) y Preguntas del poeta (2015), una serie que completará próximamente con el álbum Poeta.
En ambos discos ha articulado ambientes donde nada es aparente. Comprenden más de 20 temas que afianzan su talento innato para conjugar canciones que te pueden sacudir con violencia por su carga de dureza y su lirismo. Son dos álbumes en los que Samuel parece que viene de vuelta de todo y decidió observar el mundo con calma para establecer un estrecho diálogo con su tiempo y relatar el presente sin elementos decorativos. El trovador habla desde su propia vida, desde la nostalgia de la infancia, desde los momentos hermosos que vivió al calor de su familia y sus compañeros de generación. Así nos entrega canciones dignas de coleccionar como La guitarra, Generación x, Aunque duela, Canción, Me está tirando la Isla, Madrugando y Del otro lado del Sol.
En cualquier caso, se hace complejo destacar unos títulos por encima de otros, porque cada tema nace para contar una pequeña historia que da cuerpo, finalmente, al valioso documento generacional, musical y poético que logró hilvanar Samuel Águila con esta trilogía aún por finalizar. Digámoslo por lo claro: las disqueras tienen aquí un diamante en bruto, solo hace falta que abran los ojos y descubran a este trovador que canta como si sus canciones sangraran a través de su piel.
Temas00. Entrada
01. La Guitarra
02. Cotidiano
03. Gitanita
04. A Veces Menos
05. Generacion X
06. Aunque Duela
07. El Primer Dia
08. Sorprendidos
09. Vayamos
10. Eva
11. Cancion
12. Como Una Mariposa
13. Salida
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