lunes, 19 de agosto de 2013

Norge Batista - 2001 - Algo crece

Norge Batista - 2001 - Algo crece

Algo crece.
Por: Andrés Mir


Quizás ya se haya hablado en suficientes ocasiones sobre la cada vez más natural tendencia de quienes hemos convenido en llamar trovadores a asumirse como músicos desde un concepto más integral, rompiendo con el esquema de cantautor acompañado de un instrumento —usualmente la guitarra— para unir su labor a la de un grupo, ofreciendo así a sus composiciones un mayor cuerpo tímbrico y armónico sin descuidar en momento alguno la intensidad poética de los textos o la frescura de la tradicional inmediatez que ha caracterizado esta vertiente de nuestra música (valga el adjetivo) popular. La más reciente producción discográfica del tunero Norge Batista, titulada (¿casualmente?) Algo crece, viene a ser una muestra más de esa voluntad de crecimiento solidificador sin pérdida de claridad.

Y es que claridad es el primer adjetivo que me acude a la cabeza al tratar de caracterizar la obra de Norge: una claridad venida desde la más legítima respiración poética, permeada de las razones del buen cotidiano que da asumir cada día con todos los sentidos abiertos a la experiencia. Esa claridad se extrovierte desde una concepción cancionística que constantemente está asumiendo sus raíces guajiras sin hacer alarde de ello, al hilvanar su melódica con la más contemporánea canción cubana e invocar a la vez al tres y la clave cubana, quienes no sólo invocan los típicos timbres sino que aportan un inconfundible regusto a campiña —positivamente alejado de cualquier amago folclorista— a estas canciones.

De una homogeneidad para nada simplista es este disco: se puede decir que se trata de una obra en su conjunto más que de una recopilación de canciones aun cuando cada una de ellas tenga vida propia. La dramaturgia de esta producción no se permite saltos o virajes de rumbo que disgreguen a quien la escucha: es una propuesta pensada que tiende al compromiso emocional más que al distanciamiento frío, que invita al disfrute de la comprensión y aunque no desdeñe la posibilidad del baile su principal compromiso radica en agitar las mentes y los corazones, no tanto los pies. El hecho —y ello podría, con ojos críticos, considerarse un defecto— de que en este conjunto se incluyan temas del anterior disco, reconcebidos y con arreglos nuevos en esta ocasión, quizás responda a la citada necesidad de estructurar un todo orgánico. No podemos olvidar tampoco (y supongo que este sea uno de los esenciales móviles de tan controvertida decisión) la presión que ejerce el mercado sobre cualquier tipo de producción discográfica y más sobre una de tanto riesgo como puede ser el disco de un cantautor joven poco conocido pero sobre todo, muy poco promocionado (el paradójico hecho de que sus dos discos hayan sido producidos y distribuidos por la AYVA MUSICA de Barcelona, España, lo lanza al público español cuando es prácticamente desconocido por el público cubano).

Sin embargo, no me atrevería a definir y mucho menos encasillar los temas incluidos en esta producción otorgándoles etiquetas: tan sutiles —no ya tenues— son las referencias que no esclavizan su discurso: Norge no hace guajiras o guaguancós, más bien nos ofrece canciones que juegan a entrelazar y desarrollar discursos típicos destipificándolos. En ese sentido, resulta imprescindible la presencia del grupo; sin el violín de Osbel Gamazo o el tres de Yosmani Cruz, sin la percusión cuidada de Oberto Calderón, el bajo de Jorge Sobredo y la guitarra de Alfredo Aguilar, a Norge se le hubiera tornado difícil lograr este concepto melódica y tímbricamente diverso donde por momentos se nos acerca un Silvio Rodríguez cuando escuchamos el arreglo de las guitarras de "Adolescencia", o el intro a tempo de guaguancó de "Algo crece". También vale mencionar la presencia de Evangelina Fernández, voz que matiza de particular encanto las canciones presentes en esta producción. El desempeño vocal del propio Norge, quien compone con una clara conciencia de sus capacidades y posibilidades, se caracteriza por una limpieza técnica que carga de emotividad, permitiéndole llevar a primer plano expresivo una voz que no se distingue por su brillo pero sí por su carisma. Norge deviene en uno de los más auténticos rostros de la reciente hornada de cantautores que surgieran entre principios y mediados de la pasada década, y a pesar de que su persistente residencia en Las Tunas lo haya alejado de los circuitos de promoción nacionales, más pronto que tarde ocupará el puesto que por mérito propio merece. Su más reciente trabajo, enriquecido a todas luces por una labor de equipo, puede tomarse no sólo como muestra de lo alcanzado sino como directriz de toda una proyección futura.

Puedo agradecer, entonces, la oportunidad de compartir la clara experiencia de este disco donde Algo crece, quizás con más meditación que júbilo y recomendarla a quienes tienen la oportunidad de llevarla de casa a casa, de persona a persona: nos la ofrece un trovador enamorado de los inviernos que convierte sus tristezas en canciones sin por ello dejar de sucumbir a las ganas de volver al viento y a la gente, de saberse cada vez profundo y diferente.
Temas

01. Ya casi va a nevar
02. Ay si pudiera
03. Yo soy a veces
04. Búscame adentro
05. Adolescencia
06. Vuelve al canto y al sol
07. Dale a tus ojos
08. Cuando mamá me despierta
09. Algo crece
10. Estrella marina
11. Soneto
12. Fábula de José y Andrés
13. Muchacha de mayo
14. Melodía oscura

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